El Yoga de la Energía consiste en una didáctica del Yoga pensada para el mundo occidental, en un trabajo adaptado a las circunstancias del practicante, que da tanto valor a lo que se hace (técnica) como a lo que se siente (ambiente), y en unas prácticas progresivas de tal manera que el alumno pueda vivenciar desde lo denso a lo sutil.
Se plantea una progresión basada en tres elementos: Cuerpo, Respiración y Mente, actuando sobre cada uno de ellos con intención de lograr una unidad de consciencia:
Simplificar el trabajo sobre el Cuerpo, y adaptarlo a las circunstancias del alumno, para mejor el movimiento articular, facilitando la circulación de la sangre y energía, y permitiendo una Respiración profunda, completa, y agradable. Espacios respiratorios, fases de la respiración, sensibilidad… disponen al alumno a conectar con Prana (Energía, en la tradición hindú), y la calma mental aparece por sí sola, aportando calidad de vida y alegría natural. Entonces la Mente se acerca al silencio interior, y puede abrirse a un estado de conciencia basado en la relajación y la sensibilidad.
“Donde va la atención va la energía”. Por eso trabajamos para lograr una atención de calidad, concentrada pero relajada, y la utilizamos como un instrumento fundamental dentro de la práctica del Yoga.